En Holanda, las chirivías son fáciles de encontrar en cualquier parte. Y aunque en otras culturas culinarias estamos menos acostumbradas a incorporarlas en nuestros platos, estos tubérculos dan un extra de sabor muy interesante y dulzón a nuestras cremas y potajes.
Una raíz de invierno, que le ha tocado jugar un papel segundón en muchas gastronomías, pero que funciona perfectamente en estofados, purés, caldos y elaborados potajes. Combina además a la perfección con el sabor de la zanahoria, patata, batata o calabaza. Y puede ser un acompañante excepcional para los platos de carne y aves, y el ingrediente perfecto para nuestras elaboraciones con legumbres y cremas.
Se sabe poco de un ingrediente que a primera vista no seduce pero que versátil como muchas hortalizas, podemos hervir, freír y hornear. Y en todas estas técnicas se adapta y funciona como buen tubérculo que es.
Un aporte de hidratos de carbono de sabor dulce y suave dispuesto a destronar a la insípida patata, si dejas que entre en tu cocina.
La crema que preparamos hoy, incluye además de la chirivía, zanahorias y cebolla. Pero puedes cambiar la cebolla por puerros, por ejemplo, y las zanahorias por calabaza o batata. Una receta que también puedes versionar con otras hierbas frescas e ingredientes para decorar. Para la ocasión, utilizamos chips de kale y avellanas picadas, pero podríamos añadir champiñones y cualquier otro fruto seco que se adapte a tus preferencias gastronómicas.
Es opcional, ya lo decimos en los ingredientes, pero nosotros servimos la crema con un poco de queso curado holandés rallado para añadir un toque final que contraste con el sabor dulce de las chirivías y zanahorias.
Ingredientes
Para 4 personas:
3 chirivías medianas (2 grandes)
1 cebolla
4 zanahorias medianas
3 cucharadas de aceite de oliva
25 gr. de mantequilla
2 ramitas de romero fresco
Hojas de kale para decorar
3-4 avellanas
Queso curado holandés
250 ml de agua o caldo de verduras
2 tazas de leche vegetal (he usado de almendras pero cualquiera se adapta)
Sal
Instrucciones:
- Pelamos y cortamos en dados las verduras. Cortamos la cebolla en tiras finas.
2. En una cazuela media, calentamos el aceite de oliva y la mantequilla. Añadimos las verduras y sofreímos a fuego medio durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se doren.
Ponemos a precalentar el horno a 180º.
3. Añadimos el agua a las verduras (si tienes caldo añadirás un toque de sabor), las ramitas de romero deshojadas y hervimos durante 25-30 minutos a fuego medio.
Lavamos, secamos bien, y colocamos el kale en el horno durante 10 minutos. Y picamos las avellanas en un mortero.
4. Una vez están tiernas las verduras, añadimos la leche vegetal y trituramos.
5. Servimos la crema y decoramos con las chips de kale y las avellanas trituradas y un poquito de queso curado holandés rallado.
¡Buen provecho!