Desde el RIVM se muestran confiados en que no habrá una segunda ola fuerte de propagación del coronavirus tras las primeras medidas de flexibilización del confinamiento con la vuelta de los niños a las escuelas. Primero porque cada vez hay más evidencia de que los niños apenas contagian a los adultos y además porque se hará de una manera cuidada con solo la mitad de cada clase en los colegios. Creen que si algo cambiase se notará solamente como una reducción más lenta de la curva de los nuevos contagios pero no como un repunte de dicha curva. De darse un nuevo brote lo haría en una sociedad en la que se está manteniendo activamente la distancia social, las medidas higiénicas establecidas de lavarse las manos con frecuencia, una sociedad en la que sabemos que ante los primeros síntomas hemos de quedarnos en casa y sobre todo una sociedad en la que no nos juntamos en eventos o bares. Una situación por tanto muy diferente a la vivida en el primer brote en febrero en torno al carnaval. Fuente: NOS