Tras muchas idas y vueltas, el ayuntamiento de Almere dio finalmente su beneplácito para albergar la Exposición Internacional de Horticultura, Floriade 2022. Pero los costos millonarios, cada vez más altos, sumados a la pandemia, hacen pensar que el proyecto pueda terminar en un enorme fracaso.

Desde 1960 Floriade es un evento que se realiza en Holanda una vez cada diez años. La próxima edición será la séptima, arrancrá en Abril y tendrá una duración de seis meses. El título que dará contenido a Floriade 2022 es ‘Growing Green Cities’ (Ciudades de crecimiento verde) y se centrará en temas como naturaleza, alimentación, calentamiento global, energía y salud. Tras el evento se espera que el predio se reconvierta en un nuevo barrio para la ciudad con las características de una “ciudad verde del futuro”, pero a fecha de hoy todavía no se han puesto de acuerdo sobre qué cantidad de viviendas se terminarán construyendo (y cuánto espacio realmente quedará para las zonas verdes) para poder tapar el agujero económico que la expo probablemente le ocasione a la ciudad.  

Panorámica de lo que será la Feria Floriade 2022, en la ciudad holandesa de Almere. © MVRDV


Ciudad
del futuro

Los arquitectos de MVRDV son los responsables del diseño del plan y su titular, Winy Maas, cumple el rol de supervisor. Este estudio de arquitectura de Róterdam es conocido a escala internacional desde hace ya varias décadas. Varios de sus edificios han recibido reconocimiento mundial, como el mercado de frutas y verduras de Róterdam – Markthal- o el edificio Mirador en Madrid. Al mismo tiempo, el estudio está llevando adelante otros importantes proyectos en la ciudad donde se desarrolla Floriade, como el plan urbano Almere 2030 y el barrio experimental Oosterwold, que ya exploramos en un artículo anterior, y habría que agregar que no resultó como se esperaba. La fórmula se repite: mucho márketing de conceptos innovadores que luego, cuando se concretan, no lo son tanto. Algo que también pareciera ser la marca de agua de estos exitosos arquitectos. La ironía corre por nuestra cuenta.

El barrio que se construirá luego de la feria, que llevará el nombre de Hortus pretende ser un modelo de “ciudad del futuro” y contará con todas las innovaciones y bondades de sostenibilidad que se presentarán y podrán apreciar durante la Floriade 2022. Al frente de este ambicioso desarrollo inmobiliario están Dura Vermeer, una empresa constructora y Amvest, una desarrolladora de proyectos inmobiliarios. Hortus, nos dicen ellos, va a “convertirse en un distrito verde de la ciudad y en un laboratorio viviente para innovaciones en el campo de los flujos de residuos, la circulación del agua, la movilidad y la producción de alimentos. Un modelo para la ciudad del futuro a prueba de calentamiento global, circular y socialmente inclusiva.”

Interior de uno de los edificios de la exposición internacional de horticultura Floriade 2022. © MVRDV

Una de las las innovaciones a nivel urbano más importante del barrio es la Grilla Térmica Inteligente (Smart Thermal Grid), mediante la cual unos 250 apartamentos y 30 mil metros cuadrados de espacios comerciales podrán intercambiar calor y frío entre sí y, si fuese necesario, también almacenarlo o extraerlo del suelo. También se usará el agua superficial del Weerwater, el lago artificial sobre el que se asienta el predio. Esto permitirá garantizar la refrigeración, calefacción y la provisión de agua caliente a todo el barrio reduciendo las emisiones y el enorme consumo de energía que se requeriría mediante las tradicionales instalaciones individuales.

Arboretum. La biblioteca de árboles y plantas

Dentro del plan de MVRDV para FLORIADE la vegetación ocupa un rol central. Con árboles y plantas cuyo nombre botánico comienzan con una A en el noroeste hasta los que lo hacen con una Z, en el sureste, todo el barrio se convertirá en una colección de especies arbóreas que pretenden jugar un rol determinado en la regulación medioambiental de las ciudades, y que se convierten en la tarjeta de presentación de un vecindario sin automóviles. Los alrededor de 2 mil árboles que conformarán el Arboretum fueron donados por productores de todo el país.

Arrancan las obras

Entretanto, algunos proyectos ya empiezan a poblar el predio mientras arranca la cuenta atrás para la inauguración de Floriade en Abril de 2022. Varios edificios están ya atravesando su última fase de diseño o comenzando a construirse, como el Aeres Hogeschool Almere Food, Nature & Urban Green, un proyecto de BDG Architecten que será, según dicen, el edificio “más verde”d e Holanda, por sus fachadas verdes inteligentes y la recolección y manejo del agua de lluvia. El Pabellón Flevoland es otro de los edificios, proyectado por el estudio de arquitectos DoepelStrijkers bajo los conceptos del Nature Based Building, y que servirá para acoger una conferencia de expertos de la industria alimentaria durante la exposición. También se cuentan en preparación otro tipo de edificaciones como el techo de paneles solares sobre la carretera, proyectado por el despacho de arquitectura 70F, o los dos puentes del arquitecto René van Zuuk, realizados con materiales reutilizados y un sistema de construcción innovador.

Ningún proyecto nace sin conflictos

Como casi todo ambicioso emprendimiento, Floriade no nace sin conflictos. No hace mucho tiempo atrás se debatía en el gobierno de la ciudad si seguir con este proyecto, ya que a la ciudad le costará 60 millones de euros, seis veces más que los presupuestados al comienzo de la aventura. Y a pesar de que los que están a favor insisten en que los costos se recuperarán con creces, las experiencias pasadas de Floriade en otras ciudades muestran lo contrario: 5 millones de pérdidas en 1992 (Zoetermeer), 8 millones en 2002 (Haarlemermeer) y 9 millones en 2012 (Venlo).

Dentro de las muchas negociaciones económicas y políticas para la realización del barrio, el número de viviendas sociales que deben construirse en él no es un tema menor. Almere pretende, como es ya habitual en Holanda, que se construya el 30% de viviendas sociales, porque sería un fracaso admitir que un barrio solo puede ser sostenible cuando es para las clases más altas. Pero en el contexto actual, de precios altos de la vivienda, construir un barrio con todas las tecnologías innovadoras no iba a salir barato. Simplemente las cuentas no daban, por lo que se llegó a proponer que se construyeran el triple de viviendas, unas 2.000 unidades, lo que reduciría críticamente los espacios libres y verdes del nuevo barrio sostenible. Finalmente, el ayuntamiento decididió, al votar por seguir adelante, cargar con las pérdidas de un proyecto que ya se esta volviendo faraónico antes de comenzar. No sería la primera vez que grandes empresas y grupos inversores se quedan con la piel del león antes de cazarlo, mientras las deudas caen sobre los ayuntamientos. La tan mentada «economía circular» no debe llevarnos por estos senderos.